La cirugía apical ha cambiado enormemente con la incorporación del microscopio, como resultado, los procedimientos han cambiado en formas que afectan positivamente el éxito, haciéndolo ahora predecible, así como las secuelas de la cicatrización.
Algunos pacientes presentan lesiones en el hueso del maxilar o la mandíbula alrededor de una o varias raíces dentarias que crecen destruyendo el hueso de soporte del diente y son responsables de dolores e infecciones. Esas lesiones se denominan granulomas y quistes periapicales, y su origen está en una infección dentaria crónica.
Cuando esas lesiones son de pequeño tamaño, por regla general menor de 1 centímetro, el tratamiento de las mismas se realiza por su dentista, mediante la endodoncia del diente o los dientes causales. Normalmente, la endodoncia soluciona el problema, aunque esto no ocurre en todos los casos.
Cuando la endodoncia no ha permitido la curación de la lesión, habitualmente está indicada la repetición de la endodoncia. Si esta segunda endodoncia no controla la evolución de la lesión estaría indicada la cirugía periapical.
Apiceptomía
La cirugía periapical consiste en la extirpación quirúrgica de la lesión (granuloma o quiste) que se encuentra al final de la raíz del diente, junto con la sección de la parte final de la raíz (últimos 3 mm). Normalmente se acompaña de la realización de una pequeña preparación al final de la raíz seccionada y obturación de la misma con amalgama o cemento especial (super EBA, MTA).
¿Quién es un buen candidato para cirugía periapical?
Son candidatos a esta intervención las personas que tienen:
Para que la intervención tenga posibilidades de éxito es condición indispensable que el sellado del conducto de la raíz por la endodoncia sea adecuado.
Precio de una apiceptomía
Depende de la complejidad de cada caso, cada persona es distinta. Por lo tanto, el precio del procedimiento varía en caso de necesitar algún biomaterial adicional.
Microcirugía apical
Los avances durante las pasadas décadas, avaladas por estudios científicos, han llevado al refinamiento de estas técnicas, materiales e instrumentos, estos avances se han centrado en el uso del microscopio óptico operatorio para proveer máxima magnificación e iluminación durante todas las fases del procedimiento.
“Estudios científicos comparativos entre la cirugía apical tradicional, indican casi un 50 % menos de éxito que los actuales procesos microquirúrgicos a través de microscopio óptico”
Indicaciones para microcirugía endodóntica
- Tratamientos de conductos adecuadamente ejecutados, en los que persista dolor constante y presencia o no de inflamación
Usos y beneficios.
- Problemas iatrogénicos con síntomas persistentes
- Canales calcificados con o sin síntomas (radiolucencia periapical)
- Fracaso de cirugía tradicional
- Curvatura compleja apical, inaccesible a tratamiento convencional.
¿Qué alternativas hay para la apiceptomía?
Una lesión periapical sin tratamiento suele progresar provocando infecciones de repetición y aumento de tamaño, destruyendo mayor cantidad de hueso y afectando a los dientes adyacentes al origen de la infección.
Cuando la lesión periapical no ha respondido a la endodoncia quedan dos alternativas: la exodoncia (extracción) del diente causal con extirpación de la lesión o la cirugía periapical.
La ventaja de la exodoncia (extracción) es que es curativa en la mayoría de los casos. La desventaja, es que supone la pérdida del diente, que deberá ser restaurado mediante una prótesis removible, un puente o un implante
La ventaja de la cirugía periapical es que puede permitir conservar el diente. La desventaja es que no es curativa en todos los casos y que, si no detiene la infección, puede ser necesaria al final la extracción del diente.
¿Qué pronóstico tiene el tratamiento?
El pronóstico de la cirugía periapical depende de muchos factores: sellado de los conductos por la endodoncia, tamaño de la lesión periapical, presencia de lesiones periodontales acompañantes, número de raíces del diente afecto, etc. Su dentista le informará del pronóstico de su caso en particular.
¿Cómo se realiza la apiceptomía?
Esta intervención se realiza bajo anestesia local. El cirujano extirpa la lesión localizada al final de la raíz, elimina la parte final de la misma (apicectomía) y realiza un sellado del canal radicular remanente (sellado a retro). Finalmente se suturan las incisiones y se realiza una radiografía de control.
Riesgos de la intervención
Toda intervención quirúrgica entraña un riesgo. Cuando la intervención es realizada por un cirujano entrenado, los riesgos son normalmente pequeños, e incluyen infección, sangrado, lesión de estructuras anatómicas vecinas (raíces de dientes adyacentes o nervios vecinos como el dentario inferior). Usted puede disminuir los riesgos siguiendo cuidadosamente las instrucciones de su cirujano antes y después de la intervención.
Después de la intervención
Después de la intervención se encontrará molesto, y su médico le recetará medicación para aliviarle. Es normal que aparezca una inflamación importante de la cara, así como equimosis (moratones) en algunas partes, que desaparecerán en el plazo de 4 a 7 días.
¿Qué seguimiento se necesita después de la operación?
El tejido extirpado se coloca en frasco con formol y se le dará al paciente para que lo lleve a analizar a un laboratorio de anatomía patológica. Después de que el paciente recoja el resultado (aproximadamente, una semana después), acudirá a una revisión con su cirujano donde se revisará la cicatrización y se comentará el resultado del análisis.
Una vez pasado el periodo postoperatorio no deben aparecer infecciones ni fístulas. Su doctor le recomendará que vuelva a revisión pasado un año de la operación para realizar una nueva radiografía y comprobar el grado de cicatrización de la lesión. Si en ese intervalo usted tiene alguna infección, o la radiografía no muestra una mejoría, la única alternativa será la exodoncia (extracción del diente). En esos casos se suele descubrir alguna fractura o fisura en el diente que no había sido posible detectar en el examen inicial, filtración en el sellado del conducto radicular o la existencia de conductos accesorios.
Si usted ha permanecido asintomático, y en el examen al año de la intervención el doctor no detecta fístulas y se observa una curación ósea en la radiografía de control, se considera que la intervención ha tenido éxito, y se podrá conservar el diente que causó la infección.